Una ducha de fruta diaria

Hotel muy cómodo y moderno con un personal amable. Nos sorprendió la atención diaria, fruta fresca y bombones en las camas. La habitación familiar era ideal para nosotros.

El desayuno podría ser más variado. Se escuchaban ruidos de la calle y algunas habitaciones cercanas, lo que limitaba la tranquilidad en ciertos momentos.

Pasé tres noches increíbles en este hotel moderno y acogedor. La Duplex Suite era perfecta, especialmente por los detallitos de fruta y bombones que dejaban cada día. La piscina en la azotea, aunque pequeña, ¡ofrecía vistas espectaculares al atardecer! Definitivamente volvería a elegir este lugar.

El hotel tiene una decoración moderna y minimalista, todo en buen estado. La piscina en la azotea es pequeña pero acogedora, ideal para relajarte al final del día.

no está en el hotel sino en un edificio enfrente, y solo funciona de 8h a 20h. Las instalaciones se notan descuidadas, con duchas sucias y un área de piscina que parece necesitar atención. El desayuno es bastante limitado, y se escuchan ruidos provenientes de las habitaciones y del pasillo, lo que puede afectar la tranquilidad. Si eres de los que busca comodidad y un lugar más centrado, este hotel puede no ser tu primera opción.

El hotel está bien ubicado, con el metro a la puerta. Disfrutamos mucho recorriendo Lisboa a nuestro ritmo, montando en los autobuses turísticos. Además, el personal es excepcional, siempre amable y dispuesto a ayudar, haciendo que nuestra estancia sea inolvidable.

A mis hijos les hubiese encantado que hubiera una sala de juegos para que se divirtieran más.

La habitación era tan luminosa que me sentía como si estuviera en una nube blanca. la cama era más cómoda que un abrazo de mi abuela. Además, el acceso al metro justo al lado era como tener un propio conductor privado para explorar Lisboa.

Stock limitado de productos de baño

Wi-Fi rápido y recepción 24 horas, pero el desayuno necesita más variedad.

La Duplex Suite era una maravilla. dos plantas con una pequeña cocina y dos baños. Cada día, dejaban fruta fresca y bombones en las camas, lo que fue un detalle encantador. La piscina, aunque pequeña, ofrece vistas increíbles para un buen relax al final del día.

El aparcamiento es caro.

La habitación era pequeña pero súper cómoda, con una cama increíble. Tenía un balcón que estaba bien para salir a fumar, y todo estaba limpio y tranquilo. La decoración en blanco y gris le daba un toque relajante. Aunque el ruido del tráfico era casi imperceptible, fue ideal para dormir. El baño también me gustó, la ducha era genial y tenía todos los amenities que necesitaba.

Una experiencia inolvidable en el corazón de Lisboa!

La Duplex Suite era maravillosa, con una pequeña cocina ideal para aquellos que desean preparar algo rápido. La atención del personal destacó, haciéndonos sentir como en casa. Aproveché el restaurante cercano Moises, ¡las cenas ahí son espectaculares! No olvides explorar los alrededores a pie, es una joya.

Una estancia maravillosa con vistas impresionantes

La habitación contaba con vistas increíbles a la ciudad y una cama muy cómoda. La piscina en la azotea fue un plus, poder nadar por la noche bajo las estrellas es algo difícil de olvidar. Además, la atención al cliente fue excepcional, especialmente por parte de Francisco, quien estaba siempre dispuesto a ayudar. Sin embargo, el desayuno podría mejorar en variedad y cantidad.

el desayuno era un poco limitado, pero la habitación tenía vistas increíbles (¡una maravilla! ). la piscina en la azotea fue un gran plus para relajarse después de un día explorando. la atención del personal fue excepcional, muy amables siempre.